sábado, 5 de marzo de 2011

La ruta comercial atlántica de los fenicios y su posible presencia en las comarcas leonesas de Maragatería y Omaña

En casi todo el Occidente peninsular abundan los metales, especialmente el cobre, el oro y el estaño. Otro producto muy valorado por los fenicios pudieron ser las pieles de ganado. Parece, por tanto, muy probable que éstos pudieran haber extendido sus redes comerciales hasta el norte de Portugal y el linde occidental de la meseta con Galicia.

A cambio de metales, principalmente estaño y oro, pudieron haber entregado a los nativos de estas zonas sal, y manufacturas de bronce, de hierro y de cerámica.

Podemos pensar, por tanto, que habrían existido tres rutas comerciales fenicias, cuyo epicentro sería Gadir (Cádiz):  la mediterránea, la tartésica ( hacia el interior de Andalucía ) y la ruta atlántica. Y encontraríamos, así, una posible explicación a la presencia de tumbas fenicias, encontradas por J. Carro en Santa Colomba de Somoza, villa perteneciente a La Maragatería      (comarca leonesa situada junto a los lindes de Portugal y Galicia).

Sin embargo, la distribución geográfica de los yacimientos fenicios, sitúan a éstos en las desembocaduras de los grandes ríos del límite atlántico peninsular. Por tanto, surgen las dudas: ¿cómo transportaban los productos extraídos en el interior?. ¿Poseían los fenicios además de las marítimas, rutas terrestres? ¿Podría ser la Ruta de La Plata una de ellas?

Según Manuela Barthélemy ¹, parece ser que en el pasado los fenicios pudieron haber creado redes fluviales para transporte de mercancías. Y que estas conexiones fluviales entre la costa atlántica y el interior peninsular pudieron haber tenido un papel muy destacado. Así, se explicaría que haya abundancia de yacimientos fenicios en las desembocaduras de los grandes ríos, pero muy pocos en el interior peninsular.

Asumiendo esta hipótesis de transporte mixto - fluvial y terrestre - en la red de intercambios entre la costa y el interior, podríamos pensar que los fenicios se asentaron en la comarca de Maragatería para explotar sus metales, principalmente estaño y oro, y pudieron transportar estos, de manera terrestre, por la ruta de la Plata hasta Benavente, cargando allí sus barcos con las mercancías y prosiguiendo con el transporte, pero ya de modo fluvial a lo largo del Río Duero, hasta su desembocadura en Oporto. Cabe suponer que allí esperasen otras naves con más capacidad, o que estas mismas pudiesen dirigirse directamente a Cádiz.

Intuimos así, que no parece descabellada la presencia fenicia en la Comarca de La Maragatería, como tampoco podría serlo en otras comarcas vecinas ricas en metales, como en Omaña, en cuyos montes los romanos explotaron afanosamente el oro que, tal vez, no les dio tiempo a terminar de extraer a los fenicios.

Comarcas recónditas del interior ricas en metales y rodeadas por montañas, fabulosos comerciantes que llevaban el mar en la sangre, intercambio de mercancías con pueblos indígenas, carga y descarga por tierra, río y  mar, y siempre la esperanza de llegar hasta las columnas de Melkart (Hércules), hasta volver a ver a la adorada Cádiz… ¿Tal vez fue así?

Fuentes:

VICTOR J. JIMÉNEZ JAÍMEZ (2001). Universidad de Málaga (Arqueólogo proyecto general investigación Río Grande de Málaga). Artículo “El periodo orientalizante en el occidente peninsular II”
BARTHÉLEMY, MANUELA. (2000). Artículo “El comercio fluvial fenicio en la Península Ibérica”

Artículo publicado en el número 5 de la revista De Omaña.
Esquema de la ruta mixta (terrestre y fluvial) que pudieron haber seguido los fenicios para transportar las mercancías que extraían desde la comarca leonesa de Maragatería y sus alrededores.

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