domingo, 13 de marzo de 2011

De Gadir a Britania: La misteriosa expedición marítima del navegante fenicio Himilcón.

Aguas plagadas de monstruos marinos, algas que hacen imposible el navegar, horrorosa travesía… Esta es la descripción que ha llegado hasta nosotros del periplo del navegante y explorador cartaginés Himilcón (450 a.C.) y que mantuvo aterrorizado, respecto a este Mare Tenebrosum – Atlántico de las costas occidentales europeas -,  a gran parte del Occidente hasta el siglo XV.
La referencia más antigua de este viaje aparece en la “Historia Natural” del autor romano Plinio el Viejo (siglo VI a.C.). De esta obra se deduce que el viaje de Himilcón fue una exploración oficial. Parece avalar esta idea el hecho de que, paralelamente al viaje de Himilcón, el también cartaginés Hannon, llevara a cabo una exploración marítima por las costas atlánticas africanas partiendo desde Gadir (Cádiz).
En el año 350 a.C., el poeta Rufo Festo Avieno cita tres veces el viaje de Himilcón en su obra “Ora marítima: descriptio orbis terrae phaenomena”. El viaje se describe como muy negativo, desaconsejando totalmente la navegación atlántica. También se sugiere que Himilcón dejó por escrito una descripción de su periplo, que depositaría en los archivos de su patria.
Podemos suponer que Himilcón partió de Heraclea (Gibraltar) aproximadamente en el año 480 a.C. y que su exploración duró cuatro meses en busca de las “Islas del Estaño” (las fabulosas Casitérides o Estrimnidas), muy ricas en este metal, necesario para elaborar bronce y otros metales preciosos . Aunque no está probado, se cree que Himilcón alcanzó el territorio de los Oestrumnides ( tribu que habitaba en Bretaña ) y llegó incluso hasta el Mar de los Sargazos, donde se encontraría con un mar surcado por numerosas ballenas. Podríamos hablar así del descubrimiento de una “Ruta secreta del Estaño”, que partiría de Gadir (Cádiz) y seguiría paralela a la costas atlánticas de España, Portugal y Francia hasta llegar a Bretania (véase mapa).
Avieno pone en tela de juicio este descrubimiento y sugiere que esta ruta sería la misma que seguían en sus empresas comerciales los Tartessos del Sur, acostumbrados a navegar hasta los límites de las Estrimnidas.
También hay quien supone que la negativa descripción del viaje que hace el mismo Himilcón pudo tener como objeto hacer desistir a los navegantes griegos, con los que los cartagineses competían en sus rutas comerciales, de acometer dicha ruta para asegurarse el monopolio del comercio de los metales que de ella se obtuviesen.
“… ningún viento empuja la nave a una gran distancia;
asimismo el agua del mar perezoso no se mueve en sus
dominios. Se añadirá a esto el hecho de que sobresale, en
medio de las aguas marinas, gran cantidad de algas, y de
que, la mayoría de las veces, retiene la popa al formar
grandes malezas. Dice él, nada menos, que aquí las
espaldas del mar no se hunden en la profundidad y que el
fondo apenas queda cubierto por un palmo de agua, que
las fieras marinas circulan de un lado a otro, que
unos monstruos nadan por entre las naves mientras avanzan
lentas y sin fuerza”
(Ora Maritima, 90 ss; TRAD. P. Villalba y Varneda)

Fuera como fuere, lo cierto es que Himilcón es el primer explorador mediterráneo que alcanzó las costas noroccidentales de Europa del que tenemos testimonio escrito. También parece cierto que el viaje no debió estar exento de complicaciones y peligros, completando así una gesta más de la fabulosa navegación fenicia-cartaginesa, admirada hasta los tiempos actuales,  y convertida ya en leyenda.

Mapa descriptivo del viaje de Himilcón.(Autor: Julien Quiret pour l´Arbre Celtique – Qarthadast.blogspot.com)
Fuentes:
CARLOS G. WAGNER. Profesor Titular. Departamento Historia Antigua (Universidad Complutense de Madrid). QARTHADAST (http://qarthadast.blogspot.com/2008/05/el-periplo-de-himilcn.html)
Artículo publicado en el número 5 de la revista De Omaña.

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